Este libro escrito por C.G. Jung y R. Wilhelm nos habla sobre la traducción de este ultimo del I Chang, libro que trata sobre el pensamiento oriental, el cual no esta basado como los europeos erróneamente piensan en supersticiones y creencias. Nos dice Jung que el pensamiento Chino no esta basado en presentimientos sentimentales, místicamente excedidos, rayanos en lo enfermizo, de habitantes de un mundo aparte y de desequilibrados, si no de penetrantes concepciones practicas de la Flor de la inteligencia China. Nada mas que para citar un ejemplo, hay un proverbio Chino que dice: si el hombre erróneo usa el medio correcto, el medio correcto actúa erróneamente. Lo que viene a decirnos este proverbio antiguo es que el método es ciertamente solo el camino y la dirección que uno toma, mediante la cual el como de su obrar es la fiel expresión de su ser. Si esto no es así, el método no es mas que una afectación, algo artificialmente aprendido. Como un agregado, sin raíces ni sabia, sirviendo el objetivo ilegal de auto-encubrimiento. Algo así como un medio de ilusionarse sobre si mismo y escapar de la ley quizás implacable del propio ser.
Jung comenta que la búsqueda del espíritu en el mundo occidental se confundió con la búsqueda del intelecto. Según el, esta confusion es un error porque el espíritu incluye el intelecto y también los estados afectivos. Los orientales pensaban y piensan que al espíritu le esta opuesto el Yin, lo femenino, lo oscuro, terrenal, con su emocionalidad e instintividad extendiéndose hacia abajo, hacia las profundidades del tiempo y a las raíces de la continuidad corporal. Pensaban que tanto el Yin como el Yan eran esenciales para tener una harmonía de la psique.
Según Carl Jung, la psicología moderna ofrece una posibilidad de comprensión del inconsciente, de ese pensamiento Chino que Jung veia en la psique de sus pacientes. De hecho, nos explica que sus estudios prácticos de psiquiatría le llevaron al conocimiento espiritual del este. Anteriormente el psiquiatra no había tenido conocimientos previos en la materia. Nos explica que el libro de Wilhelm le lleva a esa imaginación subjetiva.
Este libro pertenece a la misteriosa oscuridad del espíritu oriental, el cual curiosamente es un viviente paralelo de lo que ocurre durante el desarrollo anímico de sus pacientes, ninguno de ellos siendo Chino. Aquí de lo que estamos hablando es del inconsciente colectivo, el cual posee un sustrato general que transciende todas las diferencias de cultura y conciencia. La psique inconsciente, la cual es común a toda la humanidad, consiste en disposiciones latentes hacia ciertas reacciones idénticas. Así es como Carl Jung explica la analogía y hasta la identidad de los temas míticos y los símbolos, y la comprensión humana en general. La idea es que las diferentes lineas de desarrollo anímico parten de una cepa básica común, cuyas raíces se extienden al pasado, lo que intuye un paralelismo anímico con los animales, unos instintos comunes de representación, de imaginación y de acción.

Carl Jung creía que todo representar y actuar conscientes se han desarrollado de esos prototipos inconscientes, y se hallan ligados a ellos especialmente cuando la conciencia no ha alcanzado todavía ningún grado muy alto de lucidez. Es decir, cuando en todas sus funciones depende mas de las pulsiones instintivas que de la voluntad consciente, del afecto que del juicio racional. Según el psiquiatra la psicología moderna ofrece la posibilidad de comprensión. Le sorprendió de principio que el pensamiento espiritual aparecía en la evolución psíquica de sus pacientes, no siendo ninguno de ellos Chino. El autor nos dice que existe un sustrato psíquico que trasciende culturas, tiempo y conciencia, que es el inconsciente colectivo. Las diversas lineas del desarrollo anímico parten de unos patrones comunes que transcienden culturas y se extienden en el pasado, por eso se observa un simbolismo y mitología con similitudes en el mensaje.
Continua el autor diciendo que un individuo que depende mas del inconsciente que del consciente mantiene un conservatismo psíquico manifiesto. Por eso los primitivos no cambian en miles de años y son reacios al cambio y a lo foráneo. Ganar autonomia con respecto al inconsciente se relaciona con el ir superando el aceptar lo foráneo. Esto lleva a una autonomia de lo consciente y a un enterramiento de ese inconsciente primordial. Pero como sociedad, esta eliminación de los dioses o arquetipos inconscientes puede empujar a los mas débiles de la sociedad al inconsciente. Curiosa contradicción la que comenta el autor. La unilateralidad del consciente también lleva al colapso. La conciencia se muestra ávida de suprimir las fantasias del inconsciente. Aleja la conciencia de los arquetipos inconscientes, y esto tampoco es positivo para un equilibrio de la psique. El inconsciente no puede ser asimilado por el consciente, o se puede producir lo inverso. El pensamiento oriental dice que unos deben de aceptar lo que les viene de fuera, otros lo que les viene de dentro. Son diferentes caminos a seguir dependiendo de si han sido absorbidos por el consciente o por el inconsciente.
La idea es llegar al Nirvana, libre de opuestos, llegar a seguir este camino. La sabiduría China nos dice que la luz sigue su propio camino, que el hacer con el no hacer quizás nos lleva al camino. Los conceptos fundamentales nos hablan primeramente del Tao, que significa ir consciente, camino consciente, luz del cielo, corazón de hielo, luz, conciencia, esencia mas vida. El camino a la consciencia o Tao se produce con la union de los opuestos, por el acercamiento del consciente con el inconsciente. Otro de los conceptos fundamentales son el movimiento circular y el centro, que conforma la union de opuestos como proceso psíquico que se expresa en símbolos. Estas fantasias, si dibujadas, aparecen como mandalas, o círculos mágicos. Tienen forma de flor, cruz o rueda, con clara propensión al numero 4. La flor del Oro, que es el titulo del libro, es un signo mandalico reconocido como un lugar germinal, que si encontrado, uno encuentra la unidad de conciencia y vida. Este símbolo proviene de la filosofía China y Carl Gustav Jung lo estudio, sorprendiendo le entender que era un símbolo mandalico al igual que algunos símbolos mandalicos encontrados en los sueños y visiones que algunos de sus pacientes experimentaban. Una de las ideas que comenta el autor es el principio en el que todavía todo es uno, y que por ende aparece como la mas alta meta, la cual yace sobre el fondo del mar, en la oscuridad de lo inconsciente. Allí conciencia y vida son una. La Flor del Oro nace de la vesícula germinal, y esta crece de una simiente vegetal que flota en el mar, rodeada de envolturas, el fuego penetrando en ella desde las profundidades.
El símbolo de Mandala se comprende como un símbolo mágico, que desciende, según Wilhelm, del circulo protector, del circulo encantado. Tales simbologias surgían de forma espontánea en pacientes de Jung, y nacían de dos fuentes: el inconsciente, el cual engendra los fantasmas, y la vida, que da un presentimiento del si mismo.
El autor nos comenta que las practicas mágicas son proyecciones del acontecer anímico que hayan sido utilizadas de esta forma, como una forma de conexión con el inconsciente. Su reaplicacion sobre el alma, se entiende que se utiliza para obrar como una especie de encantamiento de la propia personalidad, para viajar a esa unidad de vida y conciencia, primero tenida, perdida luego y que ha de encontrarse nuevamente.
El Tao se entiende como la unidad de conciencia e inconsciencia, la unidad del Ying y el Yang en el pensamiento Chino. Wilhelm nos explica que el Tao se conforma del Sing y el Ming. Su símbolo es la luz blanca central y reside entre los ojos, que es la manifestación del punto creativo. La esencia o conciencia (el Sing en el pensamiento Chino) son intensidad, símbolos lumínicos y tiene carácter Yang. El Ming coincide con extension y tiene carácter Ying. Los polos de lo luminoso y de lo oscuro son puestos en movimiento circular, y de esa oposición surge una alternancia de dia y noche. El autor nos habla del movimiento circular, como simbolizando la vivificacion de todas las fuerzas lucidas y oscuras de la naturaleza humana, y con ello de todos los opuestos psicológicos. Este movimiento circular aparece como una vision, la vision de la luz.
Esta vision es común a muchos místicos y esa luz se muestra como lo incondicionado. Habla de una lucidez que se obtiene con el encuentro de los opuestos, del consciente con el inconsciente colectivo. Es importante destacar que este ultimo no entiende el lenguaje de lo consciente. Solo mediante el símbolo se puede alcanzar el inconsciente, y por lo tanto, lo que Carl Jung entiende como el proceso de individualización, que es este proceso de encontrar la luz, debe tener en cuenta el símbolo.

Los signos mandalicos no fueron creados por el pensamiento, sino que han crecido desde la oscura profundidad del olvido, para expresar los presentimientos supremos de la conciencia y la intuición mas alta del espíritu.
En el libro se habla de los fenómenos del camino y en uno de los puntos nos habla de la disolución de la conciencia. Según el pensamiento Chino y apoyado también por Jung, el pensamiento conduce hacia una disolución del consciente. Dice que el encuentro de la conciencia individual, delimitada estrechamente, pero por lo mismo intensivamente clara, con la enorme extension del inconsciente colectivo, es un peligro pues lo inconsciente tiene definido efecto disolvente sobre la conciencia. Al intentar encontrar el inconsciente, se recae por lo tanto sobre la figura defensiva del circulo protector, para impedir la efluxion y defender así la unidad de la conciencia contra la voladura por obra de lo inconsciente.
La filosofía China nos dice que esos pensamientos parciales del inconsciente son colores y formas varios, quitándole cierta importancia. En el libro de los Mueres Tibetanos (Bardo Todol), nos dice que los dioses favorables y desfavorables son ilusiones que deben de ser vencidas. Este inconsciente puede aparecer como contenidos psíquicos experimentales de autonomia igualmente incontestable, pues son sistemas psíquicos parciales que, o entran en escena de forma espontánea en estados extáticos y, circunstancialmente suscitan violentas impresiones y efectos, o se rigen por perturbaciones mentales bajo la forma de ideas delirantes y alucinaciones y con ello destruyen la unidad de la personalidad. El primitivo veia esto como una posesión, o la migración del alma. El autor cree que los contenidos anímicos tienen sobre la conciencia un efecto explosivo. La tendencia a creer en lo sagrado es parte de ese inconsciente que disuelve nuestra conciencia. Por otro lado, el culto al consciente conecta con lo profano, con una negación de los sistemas parciales autónomos.
Pero como ya he mencionado, esta negación de los sistemas autónomos parciales tiene consecuencias negativas sobre el psique. Al contrario del Yoga Budista, los occidentales tendemos a negar la calidad de lo experimentable de los sistemas parciales. Esto es un peligro en cuanto los demonios no son externos pero pensamientos parciales autónomos, es parte del inconsciente. Su negación es un peligro porque tiene unos claros efectos en la psique, y su negación puede llevar a una proyección exterior, como por ejemplo a destructivas psicosis de masas. Los dioses en Occidente han pasado a ser fobias, obsesiones, etc; síntomas neuróticos. Los dioses han pasado a ser enfermedades, y Zeus no rige mas el Olimpo, sino el Plexus Solaris y ocasiona curiosidades para la consulta medica o perturba el cerebro de politicos o periodistas, quienes, involuntariamente, desencadenan epidemias psíquicas.
Es curioso ver la forma en la cual pensamos en Occidente. Estar al servicio de una mania es reprovable e indigno; en cambio, servir a un dios es, a causa de la sumisión a algo mas alto, invisible y espiritual, significativamente mas pleno de sentido y al parecer mas rico en perspectivas, puesto que la personificación ocasiona ya la realidad relativa de los sistemas parciales autónomos y, con ello, la posibilidad de la asimilación y de la irrealizacion de las potencias de la vida.
El autor también nos habla de otros dos conceptos, los conceptos de anima y animus. Animus se relaciona con el Yang masculino y con las nubes y demonios, con un alma halito superior. Anima se relaciona con el fantasma blanco, con el alma corporal inferior, ctonica, perteneciente al principio del Yin, femenina.
El hecho de que tanto el animus como el anima se separen después de la muerte, y vallan por caminos independientes, demuestra que para la conciencia China son dos factores psíquicos distinguibles. El animus mora en la conciencia. El anima esta fijada en el corazón corporal, carnal. Una introspección mas profunda, o la experiencia extática, revela la existencia de una figura femenina en lo inconsciente, y de ahi la denominación femenina anima, psique alma. Anima es como un imago, un arquetipo, sedimento de todas las experiencias del hombre con la mujer. Se asemeja también al demonio personal y se exterioriza en humores cabalmente personales. Animus se asemeja al logos, lo masculino. La psicología femenina es primariamente de naturaleza afectiva, y muestra un contraste con el anima del hombre, que es una esencia cuasi-intelectual que se caracteriza con la palabra prejuicio. No es el espíritu, sino la naturaleza emocional del alma lo que corresponde a la naturaleza consciente de la mujer.
El anima es una representación de la naturaleza personal del sistema autónomo, o parcial psíquico, es como una personificación del inconsciente, como un puente al inconsciente. La conciencia deriva originariamente del anima, del inconsciente.
Occidente considera históricamente la fantasia como una ensonación mísera y subjetiva. Occidente rechaza el inconsciente en favor del logos. Por otro lado, el este repudia esas fantasias, dado que hace mucho tiempo ya que ha sacado y condensado su extracto en las profundas enseñanzas de su sabiduría. Jung nos dice que a diferencia del oriental, el occidental tiene y debe que experimentar esas vivencias para poder diferenciar el contenido de lo sin sentido. El saber externo es el mayor obstáculo para la introspección, y el occidental esta demasiado enfocado en el saber externo para darse cuenta de la importancia del inconsciente para la harmonía psíquica.
El autor también nos habla del desligamiento de la conciencia respecto del objeto. Básicamente lo que viene a decir es que mientras no reina la separación del objeto y del sujeto en el consciente, reina la identidad inconsciente. En el hombre primitivo encontramos la participación mystique, que es la indiferenciacion entre sujeto y objeto. Carl Jung nos dice que mientras no sea consciente la identificación entre objeto y sujeto, reina el inconsciente, como es el caso con el hombre primitivo. Se entiende en el pensamiento primitivo el cuerpo como algo que se pasa de padre a hijo y el alma como ese disfraz que se pone uno y se va con la muerte. Yo vivo, el subjetivo, no es igual a me vive, el objetivo, que es un estado mas elevado. Cuando llegas a una conciencia de llegar a experimentar el desligamiento de la conciencia, llegas a dejar de participar de la mystique.
Por otro lado, cuando se produce una separación de la conciencia respecto del mundo y un retraimiento de la misma a un punto por decir así extra-mundano, cesa la pretension mágica de las cosas, pues se ha desenredado el primitivo entrelazamiento de la conciencia con el mundo. El autor nos habla de la necesidad de aceptar que existe un consciente que debe de interactuar con el inconsciente y tener una actitud religiosa en forma terapéutica para los sufrimientos y perturbaciones del alma. Recalca que una base segura surge cuando los instintos inconscientes son considerados en igual medida. Según Jung, se le ha de conceder al alma la misma validez que al mundo experimentable, y admitir que la primera tiene tanta realidad como el ultimo. Jung nos dice que el alma contiene el yo, y es una ilusión pensar que el pez contiene el mar.
Aunque el autor ha observado los paralelismos entre el pensamiento Chino y sus estudios sobre el inconsciente y el consciente, nos dice que el hombre occidental debe de seguir sus raíces de la tierra occidental, no puede seguir el camino de raíz oriental, ya que ha seguido una historia diferente. También ha dejado atrás sus convicciones metafísicas, con lo que solo puede hacérsele entender psicológicamente. El autor nos habla del concepto de psicologismo, que nos habla de cuando se interiorizan los dioses en el alma, como los orientales interiorizan ese simbolismo y lo interpretan como psicología del alma. Uno de los ensañamientos que nos da Jung con este libro es destacar la concordancia entre los estados psíquicos y la simbología , abriéndose mediante estas analogías los aposentos interiores del espíritu occidental.

Para terminar con este articulo y comentario sobre el libro El Secreto de la Flor del Oro, miramos al origen y contenido del Tai I Gin Hua Dsung Dschi, y a la procedencia del libro, viendo que tuvo una gran influencia sobre el mismo el Taoísmo y Confucianismo Chino, i que por lo tanto también tuvo influencia sobre el Budismo, el cual ya nos habla de fijar la mirada hacia el centro, en medio de ambos ojos. La corriente de pensamiento que viene con la redacción de este libro y su cosmología, se erige sobre la premisa que el hombre y el cosmos obedecen en el fondo a leyes comunes. Que el hombre es en el fondo un cosmos pequeño, no separado del gran cosmos por barreras solidas. Las mismas reglas rigen ambos cosmos y partiendo de un estado se rebela el acceso al otro. El psique y el cosmos se comportan como mundo interior y mundo exterior. El hombre participa del tejido del cosmos.
El libro nos habla del curso circular de la luz y de la ritmificacion de la respiración, nos habla de no buscar el resultado, ya que el resultado viene por si mismo. El autor nos habla de faltas que se cometen, como puedan ser la pereza y la distracción. Nos dice que en la pereza esta lo oscuro y que en la dispersion también nos perdemos. Nos habla de alcanzar el reposo mediante la respiración. Nos dice: cuando el hombre puede dejar morir su corazón, entonces despierta a la vida el espíritu primordial. Matar el corazón no significa su marchitez y desecación, sino que ha llegado a ser indiviso y concentradamente uno. El objetivo es llegar a alcanzar el estado de árbol seco que se siente delante de la roca. Cuando uno esta en el camino correcto, se esta exento del peligro de caer en el mundo de los deseos ilusorios o de los demonios sombríos. El autor nos dice que el elixir espiritual es permanecer siempre en lo sin finalidad, el obrar en el no obrar tiene precisamente esta significación.
Basado en el libro “El Secreto de la Flor del Oro” de Carl Gustav Jung y Richard Wilhelm.
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